Hace años hice un curso con él en Alicante. Allí, el director de “El espíritu de la colmena” o “El sur” nos introdujo en esa intersección invisible que existe entre la realidad y la ficción. Aquel encuentro con el cineasta vasco cambió mi manera de entender el cine. Y no tanto por lo que contó, sino por lo que nos descubrió. En mi caso, y por encima de todas las cosas, fue una película la que cambió mi modo de entender la narración audiovisual: “Vivir su vida”, de Jean Luc Godard.

Ese inicio, esos perfiles de Anna Karina, esa música… Y esa primera escena con la actriz absolutamente de espaldas a cámara durante buena parte del metraje me hicieron entender al instante que estaba ante una manera de contar historias de la que jamás había oído hablar. Una fórmula libre, divertida, emocionante… Por supuesto, era la Nouvelle Vague. Pero era algo más que eso. Era el propio Godard y esa película en concreto. Y ese personaje. Ese rostro llamado NANA.

Desde entonces, mis discos duros (#Nana1, #Nana2, #Nana3…), mi perra y mil cosas más relacionadas con mi vida pasaron a llamarse así. La primera vez que lo usé como símbolo de lo que sería mi productora fue para abrir el cortometraje “Casting” (2011) y a partir de ahí no dejé de usarlo en sus cuatro secuelas, en el largometraje que surgió a raíz aquellos cortos y en otros proyectos como el videoclip para El Imperio del Perro (“Buitres”) o los que he realizado para Yorch.

Curiosamente, y de manera accidental, también acabé descubriendo que NANA es una de las formas que tiene el lenguaje japonés de referirse al número SIETE, mi número favorito y una cifra que me sirve de aliada en conexiones y manías. Quizás por eso tampoco es casualidad que nuestra primera producción oficial como productora lleve ese número dentro del título (“7 formas de decir adiós”), aunque sea un cortometraje que, más que “adiós”, nos sirve para decir “hola”.

Y supongo que por esa suma de casualidades, aciertos (y por supuesto, errores) eso es lo que significa NANA FILMS: un lugar donde contar historias de manera personal, divertida, libre. Un hogar para que vivan nuestros números favoritos y, desde ya, los tuyos. Y si no los tienes, no pasa nada… Aquí nos los inventamos.

Un abrazo y bienvenidxs 😊.

Todo empieza (o casi) con Víctor Erice.

Jorge Naranjo

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